Las últimas declaraciones del presidente estadunidense, Donald Trump, aseguran que su decisión de aplicar 25 por ciento de aranceles generales a México y Canadá, y de 10 puntos porcentuales a China, ha sido ya tomada.
A pesar de las intensas negociaciones efectuadas en los últimos 30 días, el mandatario norteamericano dijo que “ya no hay espacio para México o Canadá. Los aranceles entrarán en vigor a la medianoche”, afirmó, para dejar claro que esta vez –a diferencia de hace un mes– no habrá marcha atrás.
Afirmó que su objetivo con estas medidas es ofrecer incentivos para que los fabricantes trasladen sus plantas de regreso a Estados Unidos o “inviertan aquí primero”-
El arancel a Canadá tiene la excepción de productos relacionados con la energía, como el petróleo y el gas, a los cuales se les aplicará una tarifa de 10 por ciento.
Adicionalmente, Trump anunció que nuevos aranceles entrarán en vigor a partir del próximo 2 de abril, sobre aquellos países con los que Estados Unidos tiene un amplio margen de desventaja en cuanto al nivel de sus tarifas arancelarias, lo que ha descrito como el levantamiento de “aranceles recíprocos”.
“No queda espacio para México o Canadá. Los aranceles, ya saben, ya están listos. Entrarán en vigor mañana”, dijo Trump el lunes por la tarde, dejando poco margen para el alcance de un acuerdo de última hora.
El establecimiento de los nuevos aranceles culminó un proceso de negociación de un mes que Trump dio para obtener una mayor colaboración de México y Estados Unidos para enfrentar los problemas estadounidenses de migración y narcotráfico, particularmente fentanilo.
Entre otras, el gobierno mexicano ha tomado medidas como reforzar la frontera norte con 10 mil elementos de la Guardia Nacional para evitar el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, así como enviar a 29 capos criminales mexicanos, que estaban en cárceles, a Estados Unidos.
Pero también lleva meses preparando planes alternativos, incluidas contramedidas de represalia.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum advirtió, como parte de una carta que envió a Trump el pasado noviembre: “A un arancel, vendrá otro en respuesta, y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes. Sí, comunes. Por ejemplo, los principales exportadores de México a Estados Unidos son General Motors, Stellantis y Ford Motor Company, las cuales llegaron a México hace 80 años. ¿Por qué ponerle un impuesto que las ponga en riesgo? No es aceptable y causaría a Estados Unidos y a México inflación y pérdidas de empleo”, advirtió.
Los aranceles sobre China crecieron a 20 por ciento.
Durante el último mes, el presidente estadunidense había insistido en que su objetivo con los aranceles era obligar a México y a Canadá a frenar el flujo migratorio y el fentanilo a Estados Unidos, pero la tarde de este lunes eso pareció ser secundario o lo olvidó. Fue después de anunciar los aranceles y su deseo de obligar a las empresas a producir en su país que Trump recordó que “sólo para que se entienda, cantidades vastas de fentanilo están viniendo a nuestro país desde México”.
Retomando uno de los temas centrales de su campaña electoral, Trump reiteró que “se han aprovechado de Estados Unidos por 40 años(…). No pueden llegar aquí y robarse nuestro dinero, robarse nuestros empleos, tomar nuestras fábricas y tomar nuestros negocios y esperar que no sean castigados. Se les está castigando con aranceles”.
Agregó que “lo que tienen que hacer es construir sus plantas automotrices y otras cosas en Estados Unidos, en cuyo caso no tienen aranceles”. Nunca detalló a quiénes se estaba refiriendo, si a inversionistas o a países enteros.
En la Casa Blanca, el mandatario apareció con el director del fabricante más grande de chips de computadora en el mundo para anunciar que Taiwan Semi Conductor estará haciendo una inversión de 100 mil millones de dólares en una nueva planta de chips en Arizona.
También hizo referencia positiva a la noticia de que se reporta que Honda estará produciendo su nueva versión de su auto Civic en Indiana, en lugar de México, como resultado de los aranceles.
Pero no todos están celebrando. Los nuevos aranceles podrían incrementar el costo promedio de un automóvil en Estados Unidos entre tres mil a 10 mil dólares por unidad, según se reportó en varios medios en este país en los últimos días.
Y granjeros han expresado su preocupación sobre los aranceles recíprocos que otros países podrían imponer sobre productos agrarios estadunidenses, lo que dañaría aún más a un sector económico que no está prosperando.
Trump pareció reconocer parte de esto este lunes al trasmitir un mensaje típicamente críptico en los medios sociales que implicaba que todo esto beneficiará a los agricultores.
“A los grandes granjeros de Estados Unidos: prepárense para hacer muchos productos agrarios para ser vendidos dentro de Estados Unidos. Los aranceles se aplicarán a productos externos el 2 de abril. ¡Diviértanse!”, sentenció.