Cumpliendo con sus advertencias, Donald Trump ordenó este sábado emprender una ofensiva militar decisiva contra los rebeldes hutíes de Yemen, con el objetivo de detener sus ataques a los buques comerciales que navegan por el canal de Suez, el mar Rojo y el golfo de Adén.
El presidente estadunidense escribió en sus redes sociales: “hoy, he ordenado al Ejército de Estados Unidos lanzar una acción militar decisiva y poderosa contra los terroristas hutíes en Yemen. Han llevado a cabo una campaña implacable de piratería, violencia y terrorismo contra barcos, aviones y drones estadounidenses y de otros países”.
Advirtió que, bajo su gobierno, “el ataque de los hutíes a embarcaciones estadounidenses no será tolerado. Usaremos una fuerza letal abrumadora hasta que hayamos logrado nuestro objetivo (de) proteger el transporte marítimo, aéreo y naval estadounidense, y restaurar la libertad de navegación”, por medio de ataques contra las bases de los terroristas, sus líderes y sus defensas de misiles, insistió Trump al respecto.
Los rebeldes hutíes comenzaron a lanzar ofensivas contra barcos comerciales que transitaban las aguas de la zona en apoyo a Hamas, en su guerra contra Israel. Pese a que en la teoría aseguran solo apuntar contra naves de Tel Aviv o de los aliados, en la práctica, sus ofensivas alcanzan a casi cualquier embarcación.
Esta situación llevó a la paralización del transporte marítimo en una de las vías fluviales más importantes del mundo, afectando directamente el comercio global y el principio fundamental de la libertad de navegación, así como a la economía de Estados Unidos, entre otros países.
En respuesta a ello, el entonces presidente Joe Biden ordenó el despliegue de buques de guerra en las aguas para, junto con países como el Reino Unido, conformar una coalición naval de defensa.
Sin embargo, a juicio de Trump, esta postura fue “patéticamente débil, por lo que los hutíes, descontrolados, simplemente continuaron” con sus ataques.
De hecho, el republicano aseguró en su mensaje que el último barco comercial con bandera de Estados Unidos que navegó de manera segura en la zona lo hizo hace más de un año, mientras que, cuatro meses atrás, un portaaviones de las Fuerzas Armadas fue atacado más de una docena de veces.
Es por ello que, este sábado, Trump prometió que “ninguna fuerza terrorista impedirá que los buques comerciales y navales de Estados Unidos naveguen libremente por las vías fluviales del mundo”.
“A todos los terroristas hutíes: ¡su tiempo se ha terminado y sus ataques deben detenerse a partir de hoy! Si no lo hacen, ¡el infierno se desatará sobre ustedes como nunca antes han visto!“, advirtió el Presidente, que extendió su amenaza al régimen de Irán, al que acusa de financiar las operaciones del grupo.
“A Irán: ¡El apoyo a los terroristas hutíes debe terminar INMEDIATAMENTE! ¡NO amenacen al pueblo estadounidense, ni a su presidente, ni a las rutas de navegación mundiales! Si lo hacen, tengan cuidado porque Estados Unidos los hará plenamente responsables y no seremos amables al respecto», cerró su mensaje.
Las palabras de Trump se conocieron apenas días después de que el portavoz de los rebeldes, Yahya Sarea, confirmara que reanudarían sus ataques en la zona y contra Israel, que habían cesado como parte de la tregua que Hamas había alcanzado con el Estado judío en enero.
Dado que la primera fase del acuerdo expiró semanas atrás, las partes aún no definieron cómo continuar e Israel restableció el bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, los hutíes consideraron parte de su “deber” retomar sus ofensivas.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados, en silencio absoluto y observar lo que está sucediendo, especialmente a la luz de este nivel de escalada, que es el bloqueo de la entrada de ayuda a la Franja y el regreso de la hambruna para más de dos millones de palestinos”, explicó su líder, Abdelmalek al Huti.
Así, este viernes, el grupo reivindicó un ataque con drones contra “objetivos militares vitales” en Israel y dijo estar listo para hacer frente a cualquier escalada que pudiera producirse, tanto por parte de Tel Aviv como de Washington.