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Fue en el pasado mes de agosto de 2024 cuando Google recibió el primer golpe después de que la Justicia de Estados Unidos sentenciara que la empresa había abusado de su posición dominante en el mercado de los buscadores web, creando así un monopolio ilegal.

Como consecuencia, la justicia estadunidense propuso el desmantelamiento del negocio de Google, siendo uno de los aspectos clave la venta de Chrome por parte del gigante americano. Como era de esperar, Google se negó y ha llevado el caso a los tribunales en busca de una nueva solución que no les obligue a separarse de su bien más preciado.

A pesar de que el gigante informático presentó un recurso con otras propuestas para acabar con el monopolio que se les acusa de tener, hace unas semanas el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) ha emitido una segunda propuesta de sentencia revisada, en la que han reafirmado que Google debe desprenderse del navegador Chrome para “brindar una oportunidad a un nuevo rival de operar una puerta de enlace significativa para buscar en Internet, libre del control monopólico de Google”.

Y es que el DOJ lo tiene claro, y ha vuelto a indicar que no hay otro camino posible para solucionar esta posición tan dominante de la compañía, debido a que se ha generado una situación en la que “pase lo que pase en el mercado siempre gana Google”, según se puede leer en la propuesta de sentencia final.

Por esa razón la justicia de EU insta a Google a vender Chrome cuanto antes, aunque es cierto que el veredicto no se conocerá hasta mediados de 2025.

Pero claro, el comprador de Chrome tendrá que ser una empresa que cumpla una serie de requisitos para poder enfrentarse al reto de hacer que el mayor buscador del mundo siga funcionando con normalidad, pero al mismo tiempo no puede ser una de las grandes empresas tecnológicas del mundo, como Microsoft, Meta o Apple, porque si no, ocurriría lo mismo.

De hecho, parece que no será Google quien decida a quién le vende Chrome, sino más bien será el DOJ quien se encargará de escoger al candidato perfecto para esta tarea. Por el momento todavía no se ha dado un nombre oficial, pero los expertos señalan nombres como Adobe, HP, Dell o incluso Amazon, como empresas que la justicia estadounidense baraja sobre la mesa.